FELICITACION_2014
Si tenemos un día de la Mujer, otro del Trabajo y así un sin fin de particularidades que aprovechamos para festejar, bueno es que también tengamos un día o unos días para expresarnos todos esos buenos deseos que, a pesar de todo, albergamos.
La Navidad, en su sentido cristiano o pagano es sinónimo de alegría y buenos deseos, de festejar con familiares y amigos y de desearnos todo lo mejor.
Esta sociedad que tiende a relativizar todo se empeña en hacernos olvidar el motivo último de estas celebraciones, rodeándonos de lujo y necesidades -que no lo son tanto- pero que adoptamos de manera casi inconsciente. Por ello y para escapar del «pequeño infierno» en que se han convertido, bueno será volver la vista a los orígenes y recordar el por qué de la Navidad.
Con este pensamiento y la mirada puesta en aquél portal, en Belén, donde nace un Niño destinado a salvar a los hombres, quiero desearos a todos los que os acerquéis a este Blog, desde Malanquilla, otro pequeño y olvidado Belén, la mayor felicidad en fiestas tan señaladas y a lo largo del nuevo año que ya despunta tras el horizonte.
La felicidad no es algo abstracto o al alcance de unos pocos. La felicidad es tangible y real, aunque ocurre muchas veces que no llegamos a vislumbrarla. Quizá no sea o no pueda ser un estado permanente, por ello debemos abrazar cada momento, cada latido que nos la proporcione y sólo así, si conseguimos alcanzar esa cuota que necesitamos para sentirnos bien.
En Malanquilla estamos acostumbrados a ser felices con las pequeñas cosas y con esos logros que día a día vamos alcanzando. En 2015 será una realidad la restauración de la Ermita de Santa María, o al menos el comienzo, y la primera izada de nuestra Bandera municipal, una vez sea aprobada por la DGA. Dos nuevos motivos de orgullo para alegrarnos y festejar.
Con el impagable legado que nos dejaron nuestros antepasados y que nos permite hoy disfrutar de un rico y variado patrimonio y con los ojos clavados en esa Natividad que el escultor supo tallar con tanta delicadeza, guardada con celo tras las puertas del sagrario del altar mayor de nuestra Iglesia de La Asunción, quiero, con mi abrazo sincero, unirme a todos los malanquillanos de bien -los de dentro y los de fuera- y a tantos amigos de nuestra causa, dispersos por la geografía, para brindar juntos por lo conseguido e ilusionarnos, también juntos, por cuanto queda por conseguir.
FELIZ NAVIDAD
Antonio Sánchez Molledo
Cronista Oficial de Malanquilla

Iglesia parroquial de La Asunción. Foto asm, 1976

Imagen de Malanquilla nevado desde la ermita de Santa María. 1977 (foto asm)