A todos mis seguidores, amigos y colaboradores, con el deseo de un muy feliz año nuevo en el que se vean cumplidas todas nuestras expectativas.
Archivos
Todas las entradas para el mes de 31 diciembre 2018
Presentamos aquí, en primicia y por expreso deseo de sus autores, el trabajo inédito de Miguel Ángel Solá, Javier Martínez Aznar y Antonio Sánchez Molledo, como modesta contribución de Malanquilla al Año Europeo del Patrimonio Cultural que hoy termina.
Este blog el Cronista de Malanquilla se suma a la iniciativa y apoya el proyecto con su divulgación y con cuantas acciones se requieran para la consecución del mismo.
SENDERO DEL AGUA, DE LA NIEVE Y DEL VIENTO DE MALANQUILLA: ANTEPROYECTO
por Miguel Ángel Solà Martín, Javier Martínez Aznar y Antonio Sánchez Molledo
1.- Introducción. Antecedentes, situación actual y objetivo que se plantea.
El pasado año 2017 se cumplían cuarenta de la formación en Malanquilla, por un grupo de adolescentes capitaneados por dos maestros nacionales oriundos de la localidad, de la Patrulla de Rescate n.º 26 “Ciudad de Malanca” y de la consecución por ésta del trofeo de oro de la undécima campaña (1976-77) del popular programa-concurso de Radio Nacional de España Misión Rescate. El concurso, en antena desde 1966-67 y organizado en colaboración con Televisión Española y la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, iba destinado a jóvenes escolares con inquietudes en la investigación y salvaguarda del patrimonio cultural local. El galardón, que recaía por primera vez en una patrulla aragonesa, se justificaba, en palabras del jurado, por la completa revalorización artística, arqueológica, documental y etnográfica de la localidad, unido a una intensa labor de promoción de Misión Rescate.
Pese a la trascendencia de la efeméride, ésta no fue objeto de ninguna conmemoración, ni oficial ni particular, en Malanquilla, como hubiera sido de desear. Llegado el momento o en vísperas de la efeméride, sólo hubo alusiones personales de recuerdo en algunos medios. El antiguo portavoz de la patrulla y hoy cronista oficial de la localidad, Antonio Sánchez Molledo, rememoró el acontecimiento en su blog personal Desde Malanquilla. Antes, en octubre de 2016, Miguel Ángel Solà Martín había aprovechado su intervención en el primer Encuentro de Investigadores y Asociaciones de la Comarca Comunidad de Calatayud, organizado por el Centro de Estudios Bilbilitanos, para reivindicar el carácter pionero o “seminal” de la acción del Grupo de Rescate n.º 26, que supuso el despertar cultural de Malanquilla y tuvo luego continuidad, en simbiosis con la iniciativa municipal y con altibajos e intermitencias, a través de la Junta para la Reconstrucción del Molino de Viento (1980-1981) y las asociaciones culturales “Miguel Martínez del Villar” (1982-2000) y “La Cocuta” (ca. 2007-2010). En dicha intervención se hacía un balance sobre la investigación, protección y difusión del patrimonio monumental y arqueológico local desarrolladas entre 1977 y 2016 y se fijaban nuevos objetivos, entre los cuales cabe destacar el de la creación de un sendero que hilvane los monumentos, rescatados de la incuria o por rescatar, existentes en la periferia del pueblo.
El año que está a punto de acabar, 2018, es oficialmente el Año Europeo del Patrimonio Cultural, algunos de cuyos propósitos y valores se nos antojan, a los firmantes de este anteproyecto, directamente entroncables con los que en su día inspiraron el programa divulgativo Misión Rescate. La Decisión 2017/864 del Parlamento Europeo y del Consejo de Ministros de la Unión, de 17 de mayo de 2017, sobre el Año Europeo de Patrimonio Cultural, proclama como objetivo del Año animar a más personas a descubrir y comprometerse con el patrimonio cultural europeo y recuerda que el patrimonio cultural no debe abandonarse a la decadencia, el deterioro o la destrucción. De ahí que en 2018 busquemos formas de disfrutarlo y protegerlo. Según la Representación en España de la Comisión Europea, el Año Europeo se centrará en niños y jóvenes, quienes están llamados a ser los guardianes de nuestro patrimonio durante las próximas generaciones, enfatizando el valor educativo del patrimonio cultural, así como su contribución al desarrollo económico y social sostenible.
Una de las formas modernas de potenciar socialmente la protección y disfrute del patrimonio natural y cultural es el senderismo, que facilita su acceso y contemplación al ciudadano y obliga a las Administraciones propietarias del patrimonio involucrado en el sendero a su conservación y divulgación. En la última década su desarrollo en la comarca de Calatayud ha sido espectacular, gracias al llamado Plan de Dinamización de Producto Turístico, convenio de colaboración firmado en 2007 entre la Secretaría General de Turismo estatal, la Comunidad Autónoma de Aragón, la comarca Comunidad de Calatayud, la Asociación de Empresarios de la Comarca de Calatayud y la Asociación de Termas Aragonesas. Entre los años 2009 y 2010 la institución comarcal financió, con cargo a los fondos de ese convenio, el acondicionamiento, la homologación y la señalización de una extensa red de rutas locales senderistas y cicloturistas (“sendero local”, SL), trabajos de campo que fueron confiados a la empresa PRAMES. Según la nota de prensa facilitada en su día, con esa iniciativa –continuadora de la emprendida en 2008 con los senderos de recorrido “medio” (en realidad de “pequeño recorrido”, PR)- la Comarca de la Comunidad de Calatayud se convierte en la primera comarca aragonesa que cuenta con una homologación oficial de los Senderos Locales.
De acuerdo con la entidad homologadora de los distintos tipos de senderos, la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada), se consideran “senderos locales” los recorridos no superiores a 10 km, de carácter circular, que discurren por lugares singulares por su interés natural o cultural y se señalizan mediante los colores blanco y verde y las siglas SL. Estos senderos locales –retomamos la nota de prensa antes aludida- configuran pequeños paseos alrededor de las localidades o en su entorno natural más inmediato (…), dirigiendo los pasos de los visitantes hacia los principales atractivos turísticos de carácter natural y artístico ya existentes (ermitas, fuentes, peirones) o recientemente remodelados y adaptados con el Plan de Dinamización (miradores, mesas de interpretación, lavaderos, etc.). Los dos senderos señalizados actualmente existentes en el término municipal de Malanquilla son fruto de la inversión realizada en materia senderista con cargo a ese Plan: el PR-Z-96, que procedente de Clarés de Ribota a través de la Dehesa de los Monjes y del Cerro de las Matas y cruzando por el núcleo urbano de Malanquilla se encamina a Torrelapaja, y el SL-Z-23, que nace en el propio Malanquilla y conduce a la ermita de San Pedro y al eminente cerro de La Cocuta, excelente mirador sobre las sierras y valles de la raya soriano-bilbilitana.
En los últimos años, vista la proliferación de senderos señalizados y la disparidad de metodologías e insuficiente coordinación entre iniciativas que tal boom ha comportado, la normativa autonómica ha sometido a una minuciosa reglamentación a los que independientemente de su longitud (GR, PR o SL) revistan la condición de recursos turísticos. De acuerdo con la misma (artículo 3, párrafo 1.º del Decreto 159/2012; punto 5 del Manual de los Senderos Turísticos de Aragón de 2017), se consideran senderos que revisten la condición de recursos turísticos, a los efectos de este decreto, aquellos itinerarios señalizados cuyo fin principal sea su recorrido por razones de ocio, negocio u otros motivos, a través de medios distintos a los vehículos propulsados a motor y que sean susceptibles de generar corrientes turísticas. Dichos itinerarios deberán localizarse preferentemente en el medio natural, seguir en lo posible sendas, caminos, vías pecuarias, pistas forestales, trazados ferroviarios en desuso, etc., y además ser autorizados por el Consejero correspondiente, de acuerdo con lo dispuesto en el citado Decreto. La definición legal condiciona el ámbito de aplicación del Decreto, que excluye expresamente (artículo 4, párrafo 2º) todo itinerario señalizado que no sea susceptible de generar corrientes turísticas. Capacidad para generar “corrientes turísticas” que el párrafo 2.º del artículo 3 cifra en el número de usuarios del sendero, su promoción y difusión, su ubicación en el territorio, su longitud y su especialización.
Entre el establecimiento, hacia 2008-2010, de la red comarcal de senderos PR y SL y la aparición del Manual de los Senderos Turísticos de Aragón (en adelante MSTA), el patrimonio monumental malanquillano susceptible de aportar valor turístico a la localidad ha recibido una creciente atención protectora por parte de las autoridades municipales, que es de justicia reconocer públicamente. A caballo de los años 2009 y 2010 se acomete una importante inversión restauradora en el molino de viento, maltrecho por fuertes vendavales en marzo de 2008. En 2010 se restaura el antiguo pozo de hielo, la Nevera. En 2015 asistimos a la restauración de la ermita de Santa María Magdalena, que salva definitivamente de la ruina sus ya muy menguados restos románicos (2/3 partes del ábside). En 2016 se emprende un tratamiento plaguicida en el retablo mayor de la parroquial y en el retablo de la ermita del Cristo del Humilladero, infestados de termita; en 2017, la también ruinosa y solitaria ermita de San Pedro, en el monte de utilidad pública “El Entredicho y La Cocuta” (n.º 13 del Catálogo de los de la provincia), es rehabilitada como refugio forestal; y bien recientemente –en los primeros días de septiembre de 2018- se ha procedido a señalizar la Nevera con poste direccional y panel interpretativo. A finales de 2018 hay, pues, la suficiente “masa crítica” de monumentos restaurados en los arrabales de Malanquilla como para acariciar la idea de hilvanarlos en un circuito señalizado que facilite al visitante su contemplación y valoración histórico-cultural. En octubre de 2016 uno de nosotros ya había planteado el embrión de la idea, proponiendo aunar molino de viento, ermita románica, pozo de hielo y fuente y cisterna romanas (Fuente de los Tres Caños) en un sendero cultural que sugería bautizar sendero del agua, de la nieve y del viento de Malanquilla. Ahora ampliamos el recorrido, con la idea de incluir otros importantes bienes culturales cercanos. A continuación los abajo firmantes pasamos a concretar esa idea en forma de anteproyecto, que queremos sea nuestra contribución al Año Europeo del Patrimonio Cultural y que tenemos el honor de someter a la consideración del Ayuntamiento de Malanquilla para su eventual apadrinamiento.
2.- Denominación, longitud y categoría del sendero
El sendero cuyo establecimiento se propone llevaría el nombre de Sendero del agua, de la nieve y del viento de Malanquilla. Se trata de un sendero circular o anular, de uso preferentemente pedestre, con un trazado que discurre en su mayoría por predios rústicos pero con un tramo urbano dentro de Malanquilla, que pretende incorporar al recorrido los principales monumentos históricos de la localidad: iglesia parroquial, huellas del castillo medieval y ermita del Santo Cristo del Humilladero. Tiene un desarrollo corto, de 3,8 km (3.790 m para ser exactos) y presenta escaso desnivel, si atendemos a las cotas máxima y mínima de su trazado, en general llano: + 1.025 m s.n.m. (cruce Camino de Morón-Acequia del Regacho) y 1.076 m s.n.m. (punto más alto del Camino del Cerro). En consecuencia, tendría categoría de Sendero Local (SL) –o de “Sendero Turístico de interés local”, si se tramita su reconocimiento a través de la Comisión de Senderos Turísticos de Aragón-, de acuerdo con el criterio clasificador del Decreto 159/2012 (artículo 11) y del MSTA (punto 6) antes mencionados: de escasa dificultad y exigencia física, cuyo trazado no excede de los diez kilómetros.
3.- Desarrollo topográfico del sendero y datos para los paneles interpretativos
En el plano adjunto señalamos, con trazo grueso de color amarillo, el trazado propuesto para el sendero, que pasamos a explicar y justificar tramo a tramo y punto a punto.
Punto n.º 1.- Iglesia parroquial de Nuestra Señora de La Asunción.- La tomamos como punto de partida del sendero. Templo de estilo tardogótico-renacentista, levantado entre 1588 y 1604 (pero ya bendecido en 1594) que sustituyó a otro anterior, de fecha y planta desconocidas. Proponemos la instalación, en el hastial de la iglesia, de un panel interpretativo que centre la atención del visitante en los cambios de aparejo visibles (sillar, mampostería); en la junta recta de sillería que hay fosilizada a la izquierda (¿esquina izquierda del primitivo templo?), a la que se adosa y luego remonta una segunda torre ciega e inconclusa; en los restos de una vieja cornisa, rota por el óculo que ilumina el coro alto; así como en los posibles restos románicos subsistentes: en el hastial, ventana de medio punto moldurada (¿en posición original o trasladada?), semejante a la del ábside románico de la parroquial de Clarés, y en el muro norte de la nave (frente a uno de los dos antiguos graneros parroquiales que hubo) dos dovelas de otro arco empotradas, también con moldura. Un ejercicio, podríamos decir, de lectura arqueológica “en vertical”.
Tratándose de un panel centrado en los restos del templo preexistente, sería interesante difundir a su través el encargo hecho en 1466 a los pintores de Zaragoza Miguel Ximénez y Salvador Roig de un retablo para la iglesia de Malanquilla. Este retablo, cuya calle central se mandaba decorar con la imagen de Santa Maria asentada, con el [niño] Ihesus, acompanyada con angeles y las calles laterales y el ático con los siete gozos de la Virgen, presumiblemente es el que ornaría el templo existente al tiempo de constituirse Malanquilla en parroquia autónoma (junio de 1487). Hasta ese momento la iglesia de Santa María de Malanquilla –cuyo primer vicario conocido, Domingo García, clérigo de Malanquiella, documentamos en 1317 y 1332-, había sido sufragánea de la de Bijuesca.
Tramo 1-2.- Saliendo a la plaza mayor de la localidad y luego doblando, a mano derecha, la esquina de la casa consistorial, tomamos el corto Callejón del Castillo y alcanzamos la calle homónima, en la que aún quedan huellas del perímetro del modesto castillo que en su día protegió a la población. Distancia recorrida: 80 m.
Punto n.º 2.- Castillo de Malanquilla.- Citado por Jerónimo Zurita en referencia a acontecimientos del año 1357 (comienzo de la guerra castellanoaragonesa o de los Dos Pedros) y fosilizado su recuerdo en el nomenclátor del callejero, su existencia queda acreditada por una carta del rey Jaime II al concejo de Malanquilla del año 1325, en la que se exime al lugar de impuestos durante cinco años con el fin de impulsar las obras de construcción de un castillo y de la cerca destinada a proteger el caserío, quedando obligados sus vecinos a acometer y terminar la obra en dicho plazo (Sub hac conditione, quod ipsi homines de Malanquiella anno quolibet infra tempus predictum quinque annorum operentur in dicta fortitudine et faciant murorum clausuram et vallum in circuitu loci predicti…). Un panel interpretativo podría fácilmente recoger estos antecedentes históricos –entre los cuales la primera orden de fortificarse, que data de 1313-, así como los aportes del folklore, que indirectamente alude a la cerca con alusiones rimadas a sus “cuatro puertas”: Malanquilla pueblo noble/Pueblo de las cuatro puertas/Que para los forasteros/Todas las tienen abiertas. Una de ellas debía ser la Portaza, que da nombre a una de las calles principales de la población.
El castillo no pasaría de ser una simple cerca de mampostería, a la que coronaría un torreón en el punto más alto de su perímetro –hoy ocupado por el caserón del número 45 de la calle, en donde cierta tradición oral sitúa al “castillo” propiamente dicho-. El resto del recinto es lo que Zurita llama el cortijo, en donde según indica el cronista los malanquillanos pusieron a recaudo sus bienes durante el ataque castellano de 1357. Hoy sólo es reconocible la base del lado oriental de su perímetro, que marca dos niveles en la calle, formando una terraza sobre la que se asientan las viviendas de los números 33 a 45. Se trataría, en definitiva, de un típico castillo-recinto o castillo-refugio aldeano, del mismo tipo que los identificados por Guitart en Belmonte de Gracián, Campillo de Aragón, Cervera de la Cañada, Mara, Tobed y La Vilueña.
Se ignora en qué momento castillo y cerca pierden su razón de ser defensiva y empiezan a ser amortizados. Una tradición oral asegura que en la fábrica del actual templo parroquial se utilizaron piedras del castillo.
Tramo 2-3.- Abandonamos el barrio del Castillo doblando la esquina del tramo izquierdo de la calle y bajamos hasta la caseta del concentrador telefónico del pueblo. Aquí tomamos la calle (pavimentada como la anterior) por su izquierda y descendemos por ella hasta salir al Camino (terrero) de la Cuesta, que abandonamos a los pocos metros para seguir por una ancha calleja (no pavimentada) flanqueada por corrales y luego por la prolongación de la Calle del Pajaral hasta la ermita del Cristo del Humilladero, sita a la orilla derecha del Camino del Llano. Aquí se inicia el PR-Z-96 dirección Clarés de Ribota. Distancia recorrida: 420 m.
Punto n.º 3.- Ermita del Santísimo Cristo del Humilladero.- Lugar de devoción por excelencia de los vecinos y nacidos en Malanquilla, que lo frecuentan especialmente el día 3 de mayo (la Cruz de Mayo, fiesta patronal del pueblo), esta sencilla y pequeña ermita barroca sita en el extrarradio de la población ofrece el atractivo de su retablo, que alberga un bello calvario del siglo XVI, de estilo gótico-tardío, sustraído según cierta tradición oral del Humilladero de Aranda de Moncayo. Terminada de edificar en 1620 en sustitución de un edificio anterior, resulta obligado acudir al informe emitido recientemente por el especialista José Luis Cortés Perruca para ampliar datos histórico-artísticos con que nutrir su panel interpretativo. De las cuatro ermitas que en su día hubo en el término (Santa María Magdalena, Santa Bárbara y San Pedro), es la única que permanece en pie y abierta al culto.
Tramo 3-4.- Retrocedemos hasta la unión de los caminos de Clarés y de la Cuesta y por este último vamos en busca del Camino de Morón, que tras cruzar el barranco del pueblo –llamado El Regacho- se interna en el Monte Tejado. Superado el repecho inicial, el camino sale a un claro del bosque. Tomamos la linde de piedra de dos de las suertes de encina que quedan a mano derecha –creemos que la más recomendable es la que separa la parcela 66 de las 67 y 68 (polígono catastral 12)-. Resiguiéndola (330 m) se sale sin pérdida al raso de Santa María; a unos 50 m a la derecha, aparece el antiguo pozo de hielo de Malanquilla, la Nevera. Distancia recorrida: 760 m.
Punto n.º 4.- La Nevera.- Restaurada en 2010, documentada en un artículo publicado en la revista Rolde en 2017 y bien recientemente (septiembre de 2018) dotada por el Ayuntamiento, a iniciativa de Javier Martínez Aznar, de señalética (poste direccional y panel interpretativo). El estudio de Martínez Aznar y Solà concluye que el pozo de hielo debió construirse hacia el siglo XVII y que dejó de emplearse entre los años 1831-1837 por falta de nieves. En el panel -con acceso al citado artículo mediante código QR-, se anota, por el contrario, que el último testimonio escrito de su improductividad frigorífica –también por falta de nieves- se sitúa en el año 1860; el dato lo aporta la primera memoria valorada de restauración conocida (de septiembre de 1991), con la que los autores dimos una vez publicado nuestro trabajo.
Tramo 4-5.- Próximo a la Nevera y rodeado de unas pequeñas eras empedradas, damos hacia el Noroeste con el ábside reconstruido de la Ermita de Santa María Magdalena. Distancia recorrida: 100 m
Punto n.º 5.- Ermita de Santa María Magdalena.- Documentada como ermita de la Magdalena en 1578. Poco o nada que añadir aquí a cuanto se ha escrito antes, durante y después de su atormentado proceso de reconstrucción, culminado en 2015 por los arquitectos restauradores Eugenia Mezquía de Zaratán y Joaquín Soro López. Ábside de rústico aparejo de mampostería, con restos de iconostasio y coronado por sencillos canes de nacela (¡12 en 1994, 5 en 2015!) que sustentan un alero. Su valor como exponente de la arquitectura románica en una comarca especialmente carente de ella resulta incuestionable, aun a pesar de haber quedado reducida su fábrica original a la mínima expresión por la incuria del tiempo, tras un fallido primer intento de reconstrucción en 1994. Su panel interpretativo habrá de afrontar, empero, importantes incógnitas: ¿a qué siglo del románico pertenece (XII o XIII)? ¿Qué longitud tenía su nave? ¿Es indicio del primitivo lugar de asentamiento de Malanquiella?
Tramo 5-6.- Desde la ermita, caminando en dirección Suroeste, nos dirigimos a cruzar la carretera vecinal a la altura del empalme de los caminos de Santa María (o de Carramolino) y del Cerro. Tomamos el de la derecha –el del Cerro- y a unos 200 m lo abandonamos para acercarnos al Molino de Viento de Malanquilla, que queda a la izquierda del camino. Distancia recorrida: 350 m.
Punto n.º 6.- Molino de Viento.- Todo un monumento al tesón reconstructivo (1981-2000), que aún aguarda su iluminación y musealización (¿museo de la molienda? ¿museo etnográfico?). Decano de los molinos de viento redescubiertos (1977) y restaurados en Aragón e icono del municipio, que lo ha adoptado, junto a las barras de Aragón y las espigas de trigo, como uno de los símbolos de su escudo heráldico (1991). Es el más septentrional (y uno de los más grandes) de los molinos de viento de su clase (los de tipo manchego). Probablemente ya en pie en el siglo XVI (primera mención documental: 1665), dejó de usarse a partir de 1733, cuando Bijuesca autorizó a los de Malanquilla la moltura de sus granos en sus molinos de agua del río Manubles. Cuenta con panel interpretativo, instalado en 2008 por PRAMES.
Tramo 6-7.- Reanudamos la marcha y a unos 100 m al Noreste del molino recuperamos el Camino del Cerro, por el que transitamos hasta llegar a la cota más alta de su recorrido, 1.076 m s.n.m., en la vertical del Camino de la Vega. Aparte de la buena panorámica que desde aquí se contempla, nos hallamos en el punto de paso de una importante vía pecuaria o cabañera, que proponemos señalizar y explicar in situ mediante un panel interpretativo. Distancia recorrida: 360 m.
Punto n.º 7.- Cordel de la Pedriza o Colada de la Virgen.- Hasta tiempos no muy lejanos, el término de Malanquilla estuvo cruzado por una tupida red de pasos de cabañera al servicio de la ganadería extensiva de sus vecinos, que intercomunicaba los numerosos corrales y parideras existentes y facilitaba el acceso a los pastos del monte y a las fuentes, saleras (salegales) y abrevaderos naturales (aguaderos) evitando el tránsito por los sembrados –sólo permitido en tiempo de rastrojera-. Los pasos cabañales de mayor categoría –las llamadas cañadas reales y los cordeles- servían básicamente al tránsito de ganados foráneos trashumantes (largo recorrido) o trasterminantes (trashumancia comarcal). Tanto en Aragón como en Castilla, este flujo seguía una dirección mayoritaria Norte-Sur y viceversa, comunicando pastos de estío y pastos de invernada, pero también acabaron desarrollándose cañadas transversales que cruzaban la raya castellano-aragonesa, tales la de Borobia-Oseja-Tierga-Calatorao o la de la Sierra de la Virgen –reconocida en el mojón de Aniñón y Jarque bajo la denominación Cañada Real de la Cabrera – y conectaban el Bajo Jalón con el ramal más oriental de la gran Cañada Oriental Soriana a través del Campo de Gómara.
El Camino del Cerro, punto del sendero en donde nos hallamos ahora, formaba parte de un importante cordel ganadero, que procedente del paraje de La Iruela se internaba en el término de Ciria tomando básicamente por eje los caminos malanquillanos de Carralasierra, del Frontón, del Llano, de la Cuesta, del Cerro y de Carraciria y pasando a la vera de los abrevaderos/descansaderos de El Angosto y de Los Orcajos. Este cordel, que en función de las épocas y documentos recibe diversas denominaciones y categorías –Cordel de las Pedrizas (1907), cañada general del Cañuelo a la Iruela (1911), Colada de la Virgen (1978 y 1988-90), cañada real de ganados (Marín Rubio, 1999, mapas 2 y 8)-, se desgajaba en el paraje de La Iruela de la gran cañada real antes citada, cañada que cresteando por la Sierra de la Virgen entraba en nuestro término por el Cerro de la Mata del Colgadero (trifinio de Aranda, Clarés y Malanquilla) y lo atravesaba por La Iruela, Balsa del Moro, Corral Chiquito, Las Cañadillas, Valdelosprados, Hoya de las Cortes, Las Umbrías, El Aguadero y Las Calderas. En apeos oficiales contemporáneos (1978 y 1988-90) el cordel ha visto parte de su trazado confundido con otras cabañeras –con el camino a Torrelapaja por Vallunquera, en realidad Colada del Alto de la Tejera, procedente del término de Berdejo-. Ante las agresiones sufridas por sus anchos legales máximos (cañada real: 75 m; cordel: 37,5 m) a causa de las roturaciones arbitrarias de principios de siglo XX, tanto la cabañera madre (hoy totalmente borrada del mapa) como el cordel fueron objeto en 1911 de sendos levantamientos topográficos, excelentes por su grado de precisión y que se conservan en el archivo del Ayuntamiento de Malanquilla.
La memoria oral, recogida por Jesús Marín Rubio en su Crónica Sentimental de Malanquilla (1999, pp. 82-83), refiere el caso de ganados desplazados desde la lejana Épila hasta la Fuente Vieja de Berdejo a través de dichas cañada, cordel y colada, durante un episodio de fortísima sequía. Parece que la colada se prolongaba al otro lado del puente de piedra de Berdejo, en dirección a Carabantes, a través de un espléndido camino empedrado, flanqueado por márgenes de piedra y con codones para sujección del firme a trechos regulares, que acomete en rígido zig-zag el brusco desnivel existente entre el río y el collado. Los topónimos Rituertas y Los Arrodeos aluden, sin lugar a dudas, a las espectaculares revueltas (tres) que la calzada describe en su ascensión al puerto.
Las vías pecuarias -que son patrimonio viario público protegido por la ley-, están abiertas en la actualidad a una serie de usos sociales complementarios. Según el artículo 37, párrafo 1.º, de la Ley 10/2005, de 11 de noviembre, de vías pecuarias de Aragón, se consideran usos complementarios de las Vías Pecuarias el paseo, la práctica del senderismo, la marcha a caballo, el cicloturismo y otras formas de utilización o desplazamiento deportivo, siempre que respeten la prioridad del tránsito ganadero y no se realicen sobre vehículos motorizados.
Tramo 7-8.- Seguimos por el Camino del Cerro hasta su desembocadura en el Camino de Torrelapaja a la altura del Balsete de los Orcajos (420 m). Tomamos este antiguo camino rural, hoy con ancho de concentración parcelaria, a mano derecha, en dirección a Malanquilla. A medio camino se desprende a mano izquierda otro de parcelaria -el de La Vega-, que ignoramos. Seguimos hasta la siguiente bifurcación a la izquierda -antigua Calleja de la Pala-, que salva el cauce de la Acequia del Regacho, y en unos metros alcanzamos el lugar en donde se halla sepultada la cisterna que alimenta a la Fuente de los Tres Caños. Distancia recorrida: 1.180 m.
Punto n.º 8.- Cisterna de la Fuente de los Tres Caños.- Personas de avanzada edad que han llegado a verla por dentro y por fuera, hablan de un arco de medio punto practicado en una pared de sillería, que daba paso a una cámara abovedada (también de medio punto). Su aspecto no debe diferir mucho del que ofrece la Fuente Vieja de Golmayo (Soria) –ver imágenes adjuntas-. Huelga insistir en el interés arqueológico que ofrece esta estructura hidráulica, necesitada de un desescombro de su fachada y de una exploración de su interior, previos, por lógica, a toda señalización interpretativa. Se presume su coetaneidad con los restos de aparejo romano de la Fuente de los Tres Caños, a la que surte de agua. El manantial debe fluir dentro de la cámara abovedada; la interpretación, hecha en su día, de algunos ribazos y majanos de la loma que hay encima de la cámara como escombros de las arquetas del caput aquae (captación del manantial), se nos antoja hoy, tras detenida inspección ocular, fantasiosa. Por el contrario sí que se aprecia, separando la ladera de esa loma de su cumbre llana, a mano izquierda del punto por donde antiguamente cruzaba el paso cabañero de Los Cabezuelos, el arranque de un foso artificial, de unos 15 m de largo por 4,5 de ancho. La serie de lomas que conforman Los Cabezuelos debió alojar algún tipo de asentamiento, si bien el escaso material hallado, disperso y rodado por cumbres y laderas, nos lleva a época prehistórica (industria lítica de sílex, tiestos a mano decorados con pezones y cordones), excepción hecha de un borde de dolia ibérica tipo Ilduradin (aparecido en el cabezo aislado que hay justo encima de la Fuente de los Tres Caños). La relación de ese asentamiento con el manantial luego aprovechado por los romanos parece evidente.
Tramo 8-9.- Por la Calleja de la Fuente, en la que subsisten, cubiertas de maleza, algunas de las pozas-registro que jalonan la conducción de agua desde la cisterna hasta la fuente, llegamos al antiguo lavadero del pueblo, objeto de una restauración integral hace años. Formando parte del mismo se encuentra la Fuente de Los Tres Caños y su largo pilón abrevadero. En 1788 el erudito bilbilitano Miguel Monterde ya se refiere al conjunto arquitectónico con estas palabras: Tiene una fuente pública de dos caños y un abrevador fabricados de buenos sillares. Distancia recorrida: 180 m.
Punto nº. 9.- Fuente de los Tres Caños.- Obra de sillería irregular y planta en L que en su estado actual responde a una remodelación, verificada en algún momento de la Edad Moderna –rótulo SE HIZ[O año?]-, de una antigua fuente romana, fechable en el Alto Imperio (siglos I a III d.C.). La corona una moderna cornisa en cuarto circular cóncavo, sobre la que descansan unos desgastados bloques trapezoidales –alguno moldurado-, procedentes quizá de la fábrica original. En el frontis de la fuente, dos de los sillares de arenisca originales conservan restos de una enigmática inscripción, hoy ya muy desvanecida, con el texto (en capitales cuadradas de buena factura) […]ST. FONSAQVE […]VE. Su paleografía parece conducir a tiempos del Alto Imperio, quizá a momentos avanzados del mismo, a juzgar por la elisión gráfica de la vocal a en el diptongo final ae (aqve en lugar de aqvae), algo ya corriente en genitivos y dativos singulares en el siglo II por influjo de la lengua hablada, tal como atestiguan abundantes casos en la epigrafía funeraria de zonas próximas. Las conjeturas sobre una posible autoría y datación consulares del monumento en el año 34 d.C. (consulado de Lucio Vitelio y Paulo Fabio), alimentadas en su día por la copia de un original sustraído en 1928 del Ayuntamiento (que atribuía la fuente a un inexistente “procónsul Vitelio Fabio”), son desaforadas. El original de esa nota desparecida (de algún momento de la Edad Moderna, pues escribe ynscripción e Ymperio) transcribía FONSAQVE. P.F.V.F.: agrupación de consonantes absurda, que no responde a ninguna sigla romana conocida (ni a la fórmula usual de datación consular) y frente a la que cabría pensar en dos e mayúsculas desgastadas. Un caño de bronce, leontocéfalo (también ya muy desgastado), contribuye a dar pátina romana al monumento.
Digno (y casi único) testimonio de la cultura romana en Malanquilla, lamentablemente desfigurado por el cemento con que un albañil rejuntó los sillares en 1988. En su entorno no han aparecido más restos muebles romanos que dos trozos de teja plana (tegula) y un desgastado molino de mano. Nada de terra sigillata, por el momento. Por fuerza, su panel interpretativo habrá de guardar estrecha relación de contenido con el de la cisterna que la alimenta, al servicio, como la fuente, de algún tipo de establecimiento agrícola romano, quizá una villa rústica. Se lo dotará de un primer plano fotográfico de la inscripción realizado en 1982, momento en que el trazo de sus caracteres resultaba mucho más reconocible.
Tramo 9-1.- Por la Calleja de la Fuente vamos a salir a la carretera vecinal, que cruzamos, y entramos de nuevo en el casco urbano de Malanquilla. Subiendo por las calles de la Portaza y de las Peñuelas –que forman un mismo vial-, llegamos al punto de partida, el hastial de la Iglesia de la Asunción. Distancia recorrida: 360 m.
Barcelona y Huesca, noviembre-diciembre de 2018.
Miguel Ángel Solà Martín y Javier Martínez Aznar.
Fuentes bibliográficas, hemerográficas y archivísticas usadas
Anónimo (2004). “El molino de viento de Malanquilla podría acoger un museo etnográfico”. Alarifes. Revista sobre patrimonio tecnológico e industrial, 4 (octubre de 2004). Cuadernos de Cazarabet, Mas de las Matas (Teruel), s/p.
ABASCAL PALAZÓN, J. M. (2002). “Fasti consulares, fasti locales y horologia en la epigrafía de Hispania”. Archivo Español de Arqueología, 75 (185-186). Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, pp. 269-286.
ABBAD RÍOS, F. (1957). Catálogo Monumental de España. Zaragoza. Instituto “Diego Velázquez” del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, vol. I (texto).
CABALLERO CASADO, C. (2003). La ciudad y la romanización de Celtiberia. Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza.
CABALLERO CASADO, C. (2008). “Nec in via nec in via procul: vías de comunicación y áreas de control marginal en Hispania Romana”. MANGAS MANJARRÉS, J. y ÁNGEL NOVILLO, M. (eds.). El territorio de las ciudades romanas. Madrid, Sísifo, pp. 589-615.
ECEQUIEL SAMPIETRO, J. y GIL PASAMAR, E. (1991). Memoria valorada de la nevera de Malanquilla. Informe inédito (Archivo Municipal de Malanquilla = AMM).
ESTABLÉS ELDUQUE, J. M.ª (2005). “Notas sobre arquitectura románica y gótica”. MILLÁN GIL, J. y SANMIGUEL MATEO, A. (coords.), Comarca de la Comunidad de Calatayud. Diputación General de Aragón, Zaragoza, pp. 173-180.
FEDME (2018). Manual de señalización de senderos GRÒ, PRÒ y SLÒ 2018. Versión actualizada. Edición digital.
FERNÁNDEZ OTAL, J. A. (2006): “Las vías pecuarias en Aragón. Una retrospectiva histórica”. I Congreso Nacional de Vías Pecuarias. Ministerio de Medio Ambiente, Madrid, pp. 103-142.
GUITART APARICIO, C. (2004). Castillos de la Comunidad de Calatayud. Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud.
LASIERRA GÓMEZ, C. (2015). Malanquilla. Patrimonio monumental. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Bubok Publishing, Calatayud.
LEORZA ÁLVAREZ DE ARCAYA, R. (2010). Prospecciones arqueológicas y delimitación de yacimientos del término municipal de Malanquilla, Zaragoza, para la elaboración del catálogo de yacimientos arqueológicos y su inclusión en el plan general de ordenación urbana de Malanquilla (Zaragoza). Informe inédito (AMM).
LÓPEZ MARTÍNEZ, M.; HILARIÓN BRAVO, F. y BRIEVA, B. (1857). Descripción de la Cañada Soriana, desde Yanguas al Valle de la Alcudia. Imprenta de Manuel Minuesa, Madrid. Reedición facsímil (1995) de Librerías “París-Valencia”, Valencia.
MARÍN RUBIO, J. (1999). Crónica sentimental de Malanquilla (1880-1980). Edición a cargo Miguel Ángel Solà Martín. Asociación Cultural “Miguel Martínez del Villar” y Diputación Provincial de Zaragoza.
MARTÍN BUENO, M. (2005). “De Roma al Islam. La comarca de la Comunidad de Calatayud en la Antigüedad”. MILLÁN GIL, J. y SANMIGUEL MATEO, A. (coords.), Comarca de la Comunidad de Calatayud. Diputación General de Aragón, Zaragoza, pp. 85-93.
MARTÍNEZ AZNAR, J. y SOLÀ MARTÍN, M. Á. (2017). “La nevera de Malanquilla”. Rolde. Revista de Cultura Aragonesa, 160-161. Rolde de Estudios Aragoneses, Zaragoza, pp. 40-51.
MARTÍNEZ DEL VILLAR, M. (1598). Tratado del patronado, antigüedades, gobierno y varones ilustres de la ciudad y Comunidad de Calatayud y su Arcedianado. Reedición facsímil de Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 1980.
MONTERDE Y LÓPEZ DE ANSÓ, M. (1788). Ensayo para la descripción geográfica, física y civil del Corregimiento de Calatayud. Edición del Centro de Estudios Bilbilitanos (a cargo de J. Mª. Sánchez Molledo), Calatayud, 1999.
NIEVAS SÁNCHEZ, V. (2015). Malanquilla. Conóceme… (algunos apuntes para conseguirlo). S/l, el autor, 2015.
PATRULLA DE RESCATE N.º 26 “CIUDAD DE MALANCA” (1977). Memoria de Malanquilla y su Molino de Viento. Mecanoscrito inédito (archivo familiar Sánchez Molledo).
PÉREZ DE MEZQUÍA, E. y SORO LÓPEZ, J. (2014). Ayuntamiento de Malanquilla. Proyecto de consolidación y restauración del ábside de la ermita románica de Santa María Magdalena. Malanquilla. Ejercicio 2014-2015. Informe inédito (Archivo Municipal de Malanquilla).
PRAMES (2010). Red de senderos de la Comunidad de Calatayud. PRAMES-Comunidad de Calatayud, Zaragoza-Calatayud.
PRÓSPER PÉREZ, Blanca María (2002). Lenguas y religiones prerromanas del Occidente de la Península Ibérica. Universidad de Salamanca, Salamanca.
RAMAS LORENTE, R. (2009). Proyecto de rehabilitación de lavadero público y nevera [de Malanquilla]. Informe inédito (Archivo Municipal de Malanquilla).
SÁNCHEZ BECERRIL, J. M.ª y SÁNCHEZ MOLLEDO, J. M.ª (1981). “El románico en las cuencas de los ríos Ribota y Manubles (I y II)”. Heraldo de Aragón, 6 y 13 de diciembre de 1981.
SÁNCHEZ MOLLEDO, A. (1983). “Introducción al estudio de los molinos de viento existentes en la comarca de Calatayud”. Papeles Bilbilitanos. I Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, vol. II, pp. 89-96.
SÁNCHEZ MOLLEDO, A. (1989). “Molinos de viento: contribución de Aragón a la tecnología del renacimiento”. Segundo Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, vol. II, pp. 75-89.
SÁNCHEZ MOLLEDO, A. (1992). “Malanquilla: una experiencia cultural”. III Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Centro de Estudios Bilbilitanos. Calatayud, vol. II, pp. 73-88.
SÁNCHEZ MOLLEDO, J. Mª. (1992). “Aproximación al estudio de la religiosidad popular de Malanquilla en la Edad Moderna”. III Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Centro de Estudios Bilbilitanos. Calatayud, vol. II, pp. 15-39.
SÁNCHEZ MOLLEDO, J. M.ª y SÁNCHEZ MOLLEDO, A. (1979). “Malanquilla: preocupación popular por su patrimonio histórico”. Aragón turístico y monumental, 314. Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón, Zaragoza, pp. 25-28.
SANZ PÉREZ, E., MENÉNDEZ PIDAL, I. y SÁENZ SANZ, C. (2009). “Algunas obras hidráulicas menores de origen romano en la provincia de Soria: las fuentes de San Gregorio, El Salobral (Vinuesa), Romanillos, Fuentestrún, Golmayo, Pozalmuro y Castellanos”. Revista de Soria, 66. Diputación Provincial de Soria, Soria, pp. 3-12.
SEBASTIÁN MAESTRE, J. A. (1990). “Molinos harineros de Malanquilla, Tabuenca, Torralba de Ribota y Sestrica”. Narria, 51-52. Universidad Autónoma de Madrid y Museo de Artes y Tradiciones Populares, Alicante, pp. 9-17.
SERRANO SANZ, M. (1916). “Documentos relativos a la pintura en Aragón durante los siglos XIV y XV (continuación)”. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXXIV. Madrid, pp. 462-492.
SOLÀ MARTÍN, M. A. (1992). “Estudio de un probable monumento romano: la Fuente de los Tres Caños de Malanquilla (Zaragoza)”. III Encuentro de Estudios Bilbilitanos. Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, vol. I, pp. 35-59.
SOLÀ MARTÍN, M. A. (2014). Ermita románica de Santa María Magdalena de Malanquilla (Zaragoza). Proyecto de recuperación (2014-2015). Recopilación de antecedentes. Informe inédito (Archivo Municipal de Malanquilla).
SORO LÓPEZ, J. (1995). “La arquitectura románica en la comarca de Calatayud”. I Jornadas de recuperación del patrimonio en la comarca de Calatayud. Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, pp. 63-72.
VV.AA. (2005). Inventario de Patrimonio Arqueológico de la comarca de Calatayud. Ficha general de yacimientos. Tomo II. Comunidad de Calatayud/Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda, s/l: pp. 271-279 (ficha “Malanquilla”).
ZURITA Y CASTRO, J. (1562-1585). Anales de la Corona de Aragón compuestos por Jerónimo Zurita, Cronista de dicho Reino, edición de Ángel CANELLAS (1978). Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza.