No tengamos miedo a reconocer la valía de las personas comprometidas y que dedican buena parte de su vida a engrandecer a Malanquilla desde las más diversas facetas. Si no hemos llegado a tiempo de hacerlo en vida, al menos hagámoslo a título póstumo como homenaje y reconocimiento a una labor.
En estos momentos en que en Zaragoza se está rindiendo el último homenaje a Jesús Marín propongo al ayuntamiento que sea nombrado Cronista Oficial de Malanquilla a título póstumo, cuando se cumplen 20 años y un día de la publicación de su libro “crónica sentimental de Malanquilla”, un texto de enorme trascendencia para el conocimiento de la historia, la vida y las costumbres de un pueblo que sin Jesús se hubieran perdido para siempre.
Su recopilación de los aconteceres de Malanquilla entronca con la labor vital del cronista, en cuanto que notario de la vida local.
Por ello su nombramiento a título póstumo como cronista de Malanquilla vendría a ser un justo reconocimiento que engrandecería a la institución del cronista, de larga y fecunda tradición en Aragón, y serviría de ejemplo y estimulo para los que estamos en activo en esta comunidad autónoma.
En muchas ocasiones las instituciones públicas se muestran reticentes al reconocimiento público cuando deberían entender que todos necesitamos sentir que lo que hacemos sirve para algo y se valora. La investigación es ingrata y costosa. Te cambian un grifo en casa y te cobran 30€ solo por ir. Al investigador le piden textos para programas, conferencias, etc y no solo regala su saber sino que además se muestra agradecido.
Confío en la sensibilidad de la corporación municipal para que adopte esta propuesta como suya. Es gratis, no cuesta nada y puede contribuir a que otros se sientan motivados para continuar la labor emprendida por Jesús Marín. Descanse en paz
Hoy me llega la triste noticia de la muerte de Jesús Marín en Zaragoza, cuando ya tenía escrito este artículo de elogio a su persona y que ahora se convierte en un emocionado y sincero homenaje a quien tanto hizo por Malanquilla.
Hoy 19 de agosto del año 2000, ese que marcaba el inicio de una nueva era, se presentaba en Malanquilla el libro “Cronica sentimental de Malanquilla”, de Jesús Marín Rubio. El acto, celebrado en la iglesia parroquial y con asistencia de casi todo el pueblo y algunos alcaldes de la zona y del vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Javier Lambán, hoy Ppresidente del Gobierno de Aragón, estuvo marcado por la emoción y el cariño.
Si siempre es motivo de alegría el alumbramiento de un nuevo texto en forma de libro, para mí lo era de manera especial por cuanto Jesús es familia y de esa parte además con la que uno profesa indisumulada admiración. Ya sabemos que muchas veces los vínculos familiares no son suficiente para apreciar a alguien, pero en este caso sí. De la misma manera, siempre me he sentido querido y arropado por él, aún en los momentos difíciles en que se cuestionaban algunas actividades… Jesús, su esposa Alicia y sus hijas pueden sentirse orgullosos, 20 años después, de cuanto ha supuesto en la reciente historia de Malanquilla la edición de aquélla crónica sentimental, por cierto, magníficamente editada por la Asociación Cultural Miguel Martínez del Villar, de tan grato recuerdo y que tantas páginas memorables ha dejado escritas para la historia local.
Tuve la ocasión de intervenir aquélla mañana del año 2000 y dije entonces y digo ahora, que como siempre ocurre con las grandes cosas, importa detenerse, si quiera un momento, en lo que hay detrás, en todo lo que no se ve pero que resulta necesario para disfrutar íntegramente del acontecimiento. En este caso, lo que hay es una labor callada, desinteresada y altruista que, a lo largo de una docena de años, ha ido puliendo, completando y dotando de sentido para el lector el texto original. Justo es el reconocimiento a Miguel Angel Solà por tan ingrata como precisa tarea.
Es el texto de Jesús Marín un enorme caudal de saber popular, de datos y cifras, de paisajes y nombres, de retazos de historia. Cuando pasea por el término municipal aporta denominaciones de parajes y descripciones de cuanto encuentra a su paso que fácilmente habrían desaparecido de la memoria colectiva y que ya permanecen impresos para siempre.
Malanquilla, no sólo para los que la amamos y sentimos, es mucho más que un punto en el mapa. En el orden cultural, mediados los años 70, fuimos pioneros de un gozoso amanecer para asombro de propios y extraños. Y no es inmodestia decir que, además, creamos escuela. Muchos de los movimientos culturales posteriores pusieron su mirada en Malanquilla y en cuanto aquí se hacía y se decía. Y ese legítimo orgullo es algo que nadie nos podrá arrebatar.
En mi intervención en aquél acto de presentación del libro, donde inevitablemente con el texto de Jesús se nos invitaba a volver la vista atrás, con cierta nostalgia, pero tambien con el deseo de coger impulso, hacía votos para que todo lo andado tuviera continuidad y pasados 25 años nos pudiéramos reunir para celebrar nuevas aventuras que es necesario protagonizar –decía- para que este pueblo recobre la iniciativa y venza la apatía que se adueña de tantas poblaciones.
Hoy, 20 años después, quienes iniciamos aquélla tarea, podemos seguir sintiéndonos orgullosos y agradecidos. Afortunadamente, nuevos hombres y mujeres con nuevas ilusiones, con más medios pero con la misma entrega, está haciendo posible que Malanquilla rechite (rebrote). Felicité entonces a la corporación municipal por el esfuerzo de hacer posible la publicación y hoy, el elogio a Jesús Marín, tiene que ser también un elogio a quienes desde el ayuntamiento están dando lo mejor de sí mismos para hacer posible esta nueva realidad.
Malanquilla vuelve a ser lo que nunca debió dejar de ser. Se vuelve a hablar de Malanquilla en las televisiones y en las radios. Los periódicos impresos y digitales coquetean con el pueblo y es que en Malanquilla hay actividad. Bendita ilusión que todo lo puede.
No dejemos nunca secar definitivamente aquéllas ramas verdes y estos brotes nuevos de hoy porque si lo hiciéramos no sólo perderíamos el pueblo y la batalla sino nuestras referencias que son las que marcan nuestra propia existencia.
Felicidades Jesús por tu magnífico libro, un texto que está ayudando y mucho a comprender y a amar a Malanquilla y sólo por eso mereces un lugar de honor en la historia local. Remomorar hoy este capítulo de nuestro acontecer reciente, por iniciativa del ayuntamiento, es una prueba de justo reconocimiento a tu persona y también un desdafío al futuro, con la mirada puesta en cuanto se ha conseguido, rescatando lo rescatable y acuñando nuevas iniciativas para volver a liderar un mañana prometedor donde veamos crecer a Malanquilla.
Malanquilla sin ti, Jesús, pierde uno de sus referentes más destacados. Los que te conocimos, tratamos y quisimos no te olvidaremos. Tu recuerdo nos acompañará siempre. Descansa en Paz.
Escena cervantina en el molino de Malanquilla en 1977. Foto ASM
Acabo de arrivar a Casa Ínsua, en Portugal, el único Parador que la cadena pública tiene fuera de España y hasta aquí me llegan los ecos de Malanquilla, donde se ha realizado una visita guiada y en el futuro teatralizada al molino de viento. Se han programado para los domingos de agosto a las 11 de la mañana. La de hoy es la segunda, una vez superada con éxito la experimental de la semana pasada. Con esta iniciativa que se enmarca dentro del Proyecto Malanquilla Rechita, se trata de dar una vuelta de tuerca mas a la magia del molino ofreciendo una simbiosis acorde con su pasado industrial e histórico. A juzgar por estas primeras visitas parece claro que la gente está deseosa por conocer. En este verano raro que nos está tocando vivir por los efectos de la pandemia los analistas coinciden en que será el turismo de interior el gran beneficiado a costa del hundimiento casi irremediable del turismo de playa y de exterior. Con esta iniciativa Malanquilla vuelve a sorprender en el año en que se pretende musealizar el molino para dotarle de contenido En ello anda empeñado el ayuntamiento, bueno en eso y en mil proyectos mas… Las fiestas en honor de la Virgen de la Asuncion y San Roque, que debían celebrarse el 15 y 16 de agosto, han quedado suspendidas, como casi todas en España y han sido sustituidas por tres o cuatro actividades puntuales del proyecto Malanquilla Rechita con las que se quiere mantener vivo el espíritu con una presencia constante, aunque sea de mínimos, en este 2020 marcado por las suspensiones y prohibiciones. Para los que somos de Malanquilla, en mi caso de adopción, aunque estemos lejos vivimos y pensamos en Malanquilla las 24 horas del dia y eso es algo que no todos pueden decir. De ahi que no deba extrañarnos lo que “cunde” este pueblo..