El Obispo Pedro Cerbuna
Pedro Cerbuna Negro, obispo y profesor. Nació en Fonz (Huesca) en 1538 y murió en Calatayud (Zaragoza) en 1597 a los 59 años de edad.Fue uno de los aragoneses más destacados del siglo XVI. Obispo de Tarazona y fundador de la Universidad de Zaragoza. Tuvo fama de santo, cuya virtud sobresaliente fue su gran humildad.
Familia
Nació en el seno de una familia hidalga, hijo de Juan Cerbuna y de Leonor Negro, su padre era alguacil de la Inquisición aragonesa.
Formación
Estudió en las universidades de Huesca, Valencia,Lérida y Salamanca, donde se doctoró en Teología en 1563. Al año siguiente se ordenó sacerdote en Lérida.
Cargos eclesiásticos
Antes de ser obispo, ejerció varios cargos eclesiásticos (profesor de Teología y vicario general de la diócesis de Lérida; canónigo penitenciario y visitador de la de Huesca; y canónigo y vicario general del Arzobispado de Zaragoza).
Universidad de Zaragoza
Escudo de la Universidad de Zaragoza. |
Su celebridad ha llegado a nuestros días porque desde el cargo que ocupaba en el Arzobispado de Zaragoza pudo dedicar las rentas sobrantes para poner en funcionamiento la Universidad de Zaragoza, que había sido fundada por privilegio de Carlos I en 1542, pero que no llegó a ser una realidad hasta el 24 de mayo de 1583, gracias a la labor de Pedro Cerbuna Negro, a quien corresponde –con pleno derecho– el título de fundador de la Universidad Literaria de Zaragoza.
Obispo de Tarazona
Fue presentado por el rey Felipe II para el obispado de Tarazona y fue consagrado como prelado en octubre de 1585. Allí fundó un colegio de jesuitas bajo la advocación de San Vicente mártir, y el seminario, dedicado a San Gaudioso.Sixto V lo nombró administrador apostólico de Calahorra, cargo que aceptó por pura obediencia.
Pues bien, el investigador y descendiente de Malanquilla José María Sánchez Molledo se refiere, en su trabajo «Aproximación al estudio de la religiosidad popular de Malanquilla en la Edad Moderna» a una visita pastoral de éste Obispo, donde aprovecha para prohibir la procesión de los malanquillanos a la Virgen de la Sierra, en Villarroya, dada la falta de religiosidad y los alborotos que provocaban los participantes.
Esta cita histórica es recogida en su trabajo, FIESTAS Y PROCESIONES EN ALCAÑIZ EN 1589, por EL DR. CRISTÓBAL COLÓN, PRIOR DE SU COLEGIATA.